1. FERNANDO III DE CASTILLA: REY, SANTO Y .. MOMIA
Era el mes de junio del año 1201 y en Peleas de Arriba, un pequeño pueblo leonés, nació Fernando, un príncipe destinado a ser uno de los reyes más punteros de la España medieval. Pero no solo rey, también santo.
El rey Fernando viviría poco más de 50 años, pero le dio tiempo a hacer multitud de cosas: unificar los reinos de Castilla y León, conquistar el valle del Guadalquivir (Jaén, Córdoba y Sevilla), impulsar la universidad de Salamanca o poner las primeras piedras de las catedrales de Burgos y León, iniciando así una época de gran esplendor cultural.
Y no sólo eso, su fama perduró después de muerto: humildad, generosidad, bueno, lo más de lo más... y para colmo, cuatrocientos años después de su fallecimiento su cuerpo estaba milagrosamente incorrupto… no quedó más remedio con tantas virtudes que canonizarlo y a partir de entonces sería San Fernando.
Pero veamos los puntos fuertes de su vida… y su muerte.
Castilla y León, de ahora en adelante un solo reino
Desde los tiempos de don Pelayo, cuando eran cuatro gatos en las montañas asturianas resistiendo contra los musulmanes cinco siglos atrás, la situación había cambiado mucho. En el siglo XIII, los cristianos eran cada vez más fuertes y su principal objetivo era luchar contra el “infiel” del sur. A su vez los musulmanes asentados en la mitad sur de la Península Ibérica veían como el “infiel” cristiano del norte era cada vez más una seria amenaza.
Eso, sí, los cristianos estaban divididos en varios reinos, a saber: Aragón, Navarra, Castilla y León, este último posiblemente el más fuerte. Había sus rencillas, pero les unía el ideal común de vencer al islam. Tenían un sentimiento de Cruzada parecido al que impulsaba a otros reinos cristianos europeos a intentar recuperar Tierra Santa, allá en Oriente Medio, como veremos un poco más abajo con Luis IX de Francia, primo de nuestro protagonista.
Un rey primo de su madre
Volvamos a la familia de Fernando. Los matrimonios de la realeza entre parientes estaban a la orden del día, para muestra un botón, los padres del futuro rey Fernando III, Alfonso XI de Leon y Berenguela de Castilla eran… tio y sobrina!! Necesitaron el permiso del papa para casarse y su trabajo les costó, siempre al borde de la excomunión, aunque al final consiguieron el sí del Pontífice.
Tuvieron cinco hijos, uno de ellos Fernando, quien por tanto con este cacao familiar era aunque algo lejano… primo de su madre!!
Líos endogámicos aparte, nuestro protagonista heredó de su padre León y de su madre Castilla. No estaba mal, dos de los pedazos ibéricos más suculentos ahora en manos de un solo rey. El reino de Castilla y León con su riqueza basada en la ganadería y prósperas ciudades llevaría la voz cantante en la llamada Reconquista.
Conquistando el Guadalquivir
Y Fernando III cumplió su misión con creces. Era un rey militar que iba a la cabeza de las batallas acompañado de su fiel espada y que llevaba en la montura de su caballo como talismán la escultura de marfil de la Virgen de las Batallas.
Entró el en valle del Guadalquivir, el corazón de Al-Ándalus y conquistó en un periquete a la dinastía almohade Córdoba (1236), Jaén (1246) y Sevilla (1248).
A la brillante cultura andalusí le quedaban, como se suele decir, dos telediarios. En realidad, unos 200 años cuyo último momento de esplendor, su canto de cisne fue la Granada nazarí.
Luis, el primo pelín repelente
En Europa las cosas no marchaban mal del todo. El primo de Fernando se llamaba Luis y era rey de Francia. Este también fue de los famosos, de los que dejó estela. Como no tenía “infieles” en su reino, se marchó a Jerusalén a luchar en las cruzadas. Tras varias victorias y recuperar la supuesta corona de espinas de Cristo (hoy en Nôtre-Dame) la suerte le volvió la espalda y nunca volvió a su querida Francia, muriendo en Túnez en 1270. Eso sí, fue canonizado casi de inmediato en 1297 y convertido en San Luis rey de Francia. Se ve que tenían buenos contactos con Roma.
En 1248 Fernando tras conquistar Sevilla, la perla de los musulmanes, fijó su residencia en el Alcázar de esta ciudad. Para entonces ya se había casado dos veces, con Beatriz de Suabia (fallecida en 1235) y con Juana de Ponthieu y había tenido en total quince hijos, entre ellos, el que sería su sucesor, Alfonso X, luego llamado el Sabio.
El rey de las tres religiones
Pero no le quedaba mucho de vida y murió en su amada Sevilla en 1252. Una vida guerrera y al parecer también humilde y generosa.
Con los musulmanes de las ciudades conquistadas, los llamados “mudéjares”, fue bastante benevolente y les permitió seguir viviendo allí y mantener sus costumbres, religión y posesiones. En su sepulcro de la Capilla Real de la Catedral de Sevilla se harían inscripciones en cuatro lenguas: castellano, latín, hebreo y árabe. Un rey tolerante para lo que había en la edad Media.
El rey incorrupto… ¿un fake del siglo XIII?
Lo interesante vino 400 años después. Ya sabemos que Fernando de Castilla y León tenía gran reputación y fama de santidad, había ganado importantes plazas a los musulmanes. Pero es que en el siglo XVII comprobaron que su cuerpo estaba… incorrupto, intacto, momificado de manera natural sin mediar embalsamamiento alguno. ¿Cómo diablos se explica esto? Milagro, por supuesto, no había más que hablar.
No olvidéis que su primo Luis ya había sido canonizado siglos atrás y ser menos que los franceses fastidiaba bastante.
Así que tras las necesarias gestiones en 1671 nuestro rey ya es santo: San Fernando.
Lo que siguió fueron grandes fiestas, procesiones y un buen marketing poniendo su nombre a ciudades y lugares del Nuevo Mundo como el valle de San Fernando en la lejana California.
Tendrían que hacer esculturas, retratos fidedignos del rey, representado con sus atributos: la corona, la espada y el globo terráqueo como rey conquistador. El pueblo, en el siglo XVII, aprendía religión a través de las imágenes como bien había establecido años antes el concilio de Trento.
Bartolomé, ve y haznos un retrato de la momia
Y qué mejor que encargarlo al mejor y más reputado pintor de la Sevilla de la época: Bartolomé Esteban Murillo. En ese año del Señor de 1671, querían que el retrato fuera lo más fiel al original y dado que el cuerpo estaba incorrupto encargaron al pintor que copiara del natural. ¡Vaya papeleta ir a ver la momia para luego hacer su retrato! mejorado, claro. Y le quedó bastante conseguido, ver el cuadro a la derecha. No olvidemos que Murillo es uno de los grandes pintores del barroco.
Así, el rey guerrero Fernando III de Castilla y León pasó a la posteridad como el Santo, sorprendente y milagrosamente momificado… cuyo sepulcro, si tenéis curiosidad, se puede visitar unos pocos días al año, entre ellos, cada 30 de mayo, aniversario de su fallecimiento, en la Catedral de Sevilla.
Estas y otras muchas historias en nuestras visitas guiadas de Sevilla http://www.toursevilla.com
Para saber más un video de producción propia sobre un cuadro que representa la muerte del rey Fernando y se encuentra en el Alcazar de Sevilla. De nuestra colección Sevilla History Lovers .
Y si quieres leer más sobre esta interesante figura histórica, un libro de calidad y un articulo
Fernando III el Santo. Manuel González Jiménez.. Ed.Fundación José Manuel Lara. 2006. https://www.casadellibro.com/libro-fernando-iii-el-santo-premio-de-biografias-antonio-dominguez-ortiz-2006/9788496824928/2541072
Murillo, el artista que «canonizó» a San Fernando. Julio Mayo. Sevilla ABC/pasión en Sevilla. https://sevilla.abc.es/pasionensevilla/noticias-semana-santa-sevilla/sevi-murillo-artista-canonizo-san-fernando-129406-1527609732-202005300013_noticia.html